¿Qué es la temperatura de bulbo húmedo?

La clave no está en la temperatura, sino en la humedad del aire.


¿Alguna vez te has preguntado por qué a veces te encuentras bien a 35 grados, y otras te mueres de calor con solo 28? La clave está en la humedad del aire. Esa es la razón por la que últimamente se está hablando mucho de un concepto llamado Temperatura de Bulbo Húmedo.

El concepto no es para nada nuevo, pero la salvaje ola de calor que sufren en lugares tan dispares como California o Canadá ha hecho que se ponga de obligada actualidad. La temperatura de bulbo húmedo o temperatura húmeda del aire es aquella que se mide teniendo en cuenta precisamente la humedad en suspensión .

Su nombre deviene del hecho de que el dispositivo tradicional con el que se mide es un termómetro de mercurio cuyo bulbo está recubierto de un paño empapado en agua sobre el que se deja pasar una corriente de aire.

La corriente de aire evapora el agua del paño, provocando un enfriamiento. Por esa razón, la temperatura de bulbo húmedo es siempre más baja que la que se obtiene mediante un termómetro meteorológico normal que simplemente mide la temperatura del aire.

¿Por qué un dispositivo como este se ha vuelto tan importante últimamente? Pues porque mide un dato que a menudo pasamos por alto y que influye notablemente en nuestra propia capacidad para resistir las altas temperaturas. Al igual que el bulbo de mercurio protegido por un paño húmedo, nuestro organismo se enfría por evaporación. Es la razón por la que sudamos.

Cuando hace mucho calor, la piel suda y se humedece. Ese agua caliente se evapora con el calor del aire, generando un enfriamiento. El problema es que nuestra capacidad para enfriarnos de manera natural depende de la humedad que haya en el aire. Cuando el aire alcanza una humedad relativa del 100% no significa que tenga un 100% de agua, sino que la cantidad de vapor de agua en suspensión ha alcanzado el límite de saturación. En otras palabras, el aire no admite más agua.

Si eso ocurre nuestro sudor no nos refresca sencillamente porque el aire caliente tiene tanto vapor de agua que no lo evapora. Esa es la razón por la que el calor húmedo es mucho más insoportable que el seco. De igual manera, la temperatura máxima soportable para un ser humano en seco es muy diferente de la temperatura húmeda.

Se considera que nuestro cuerpo es incapaz de refrigerarse y comienza a sufrir un proceso de hipertermia a partir de los 35 grados de temperatura húmeda. si la temperatura de nuestro organismo supera los 38 grados Celsius hay riesgo de sufrir daños. Si supera los 40,5 grados se corre cierto riesgo de morir. Las temperaturas centrales del organismo por encima de los 43 grados son causa de muerte o de daños neurológicos graves.

Todo esto nos lleva a las actuales olas de calor que azotan diferentes regiones del hemisferio norte. En 2020, el experto en ciencias ambientales de la Universidad de Columbia y del JPL, Collin Raymond advertía de que, de seguir la pauta actual, muchas zonas del planeta sobrepasarían de forma constante el límite de temperatura húmeda en cuestión de años. En otras palabras, se convertirían en zonas completamente inhabitables para el ser humano sin ayuda tecnológica. Los estudios previos que analizaban este aumento de las temperaturas de bulbo húmedo preveían problemas en cuestión de décadas. Raymond tuvo que ajustar ese tiempo a años.


Raymond se equivocaba, pero no en el resultado, sino en la velocidad a la que se está produciendo. En esta semana se han registrado temperaturas de hasta 50 grados Celsius en Canadá, una región donde esas máximas son completamente inéditas. Como explica Matthew Lewis, director de comunicaciones de la organización California YIMBY, dedicada a concienciar sobre el cambio climático ya hay zonas que se están volviendo inhabitables debido a las altas temperaturas, y a menos que no se tomen medidas concretas, el problema irá cada vez a peor.

[IFL Science]

 

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